
Pequeños rituales cotidianos para volver a ti misma
Cuando todo va deprisa, yo vuelvo a lo pequeño: una vela encendida, un cuenco con agua, tres respiraciones lentas. Los rituales cotidianos no son grandes ceremonias; son anclas simples que me devuelven al cuerpo y a la tierra gallega que me sostiene. Aquí comparto prácticas breves, sostenibles y con sentido, fieles a mi manera de trabajar: espiritualidad, artesanía y raíces.
Por qué los rituales cotidianos funcionan
Los rituales crean presencia: marcan un comienzo y un cierre, ordenan la mente y recuerdan lo que importa. En mi trabajo están al servicio del autoconocimiento y el empoderamiento espiritual, sin modas ni artificio.
Además, los sostengo con materiales naturales y locales, desde las hierbas autóctonas hasta piezas hechas a mano, siempre con respeto por la Tierra.
Ritual de tres minutos para empezar el día
Palabra clave: ritual corto de mañana
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Enciendo una vela y nombro mi intención del día.
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Humeo el espacio con salvia/romero/laurel durante tres respiraciones.
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Apoyo las manos en el pecho y agradezco algo concreto.
Es una práctica mínima que activa el foco y calma antes de abrir pantallas.
Micro-ritual al volver a casa
Palabra clave: ritual de regreso al hogar
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Dejo las llaves, paso un sahumerio por mi cuerpo (de pies a cabeza) y me lavo las manos con atención.
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Renuevo el agua del cuenco del altar y retiro lo que ya no tenga sentido.
Este gesto corta inercias y devuelve claridad al hogar.
Correspondencias sencillas y sostenibles
Palabra clave: correspondencias mágicas básicas
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Fuego: vela de cera de abejas → transformación y presencia.
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Aire: humo de hierbas locales (salvia, romero, laurel) → limpieza mental.
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Agua: cuenco con agua → receptividad y escucha.
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Tierra: sal, piedra de río o semillas → enraizamiento.
Elijo estas piezas porque evito materiales cuya extracción dañe el entorno (p. ej., ciertos cristales); prefiero lo cercano, reutilizable y artesanal.
Rituales por momentos del día
Palabra clave: rituales diarios
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Mañana: intención escrita en papel y debajo, una piedra local.
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Mediodía: pausa de 60 segundos para tres respiraciones + sorbo de agua consciente.
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Atardecer: barrido energético con humo en la entrada y agradecimiento breve.
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Noche: apagar luces dejando solo la vela encendida, anotar una frase en el cuaderno, soplar la vela con respeto.
Estaciones y raíz gallega: adaptar el gesto a la Tierra
Palabra clave: rituales por estaciones
En otoño (Mabon), uso colores ocres y frutos de temporada para honrar la cosecha y el equilibrio luz/sombra; en invierno, foco en recogimiento y calor; en primavera, brotes y limpieza; en verano, expansión y juegos de agua. Este pulso con los ciclos es parte de mi identidad: conexión con la naturaleza gallega y con lo ancestral.
Cómo sostener el hábito sin pose
Palabra clave: hábitos espirituales
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Hazlo pequeño: tres minutos valen más que cero.
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Ponlo a la vista: la vela y el cuenco en un rincón que invites a cuidar.
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Une hábitos: después del café → enciendo vela; al cerrar el ordenador → apago con gratitud.
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Revisa cada mes: cambia objetos que ya no hablen de ti; el altar debe evolucionar contigo.
Tres propuestas rápidas
Palabra clave: ideas de ritual diario
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Respira con el fuego: vela encendida + 6 respiraciones nasales.
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Escribe y suelta: una línea de lo que dejas ir; quemas un borde del papel y tiras las cenizas en el cubo orgánico.
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Camino consciente: paseo corto recogiendo una hoja o piedra; la llevas al altar como memoria del día.
Mi práctica es sencilla: encender mi propia llama y escuchar lo que la vida me pide hoy. El ritual no es un disfraz, es una forma amable de estar en el mundo, con artesanía, naturaleza y verdad.
Si te apetece acompañar estas prácticas con velas e inciensos artesanales, sahumerios de hierbas gallegas o un aceite ritual hecho a mano, en mi tienda encontrarás piezas creadas para sostener tu autocuidado con calma y propósito. Son herramientas sencillas que favorecen atmósferas de serenidad y ritual en casa.